En el post anterior te expliqué qué es la dislexia y a que procesos cognitivos afecta. Si no has llegado a leerlo puedes hacerlo aquí.
Ahora que ya conocemos que se trata de una dificultad para la lectura debido al déficit en el componente fonológico del lenguaje, te enumero brevemente cuales son las afectaciones más comunes que se derivan de esta disfunción:
- Baja velocidad de lectura
- Pobre comprensión lectora
- Errores ortográficos
- Dificultades de evocación (no encontrar las palabras adecuadas)
- Dificultades para aprender las tablas de multiplicar
¿Cómo podemos detectarla?
El niño va adquiriendo el lenguaje poco a poco y este desarrollo sigue más o menos un patrón universal compartido por todos los seres humanos. Sabemos que los más pequeñ@s cometen errores en la denominación de objetos (chocolate = cocholate, supermercado = sumerpercado y un largo etcétera), pero en algunos casos estos errores son muy frecuentes y persistentes.
Otro signo de alarma es la dificultad para identificar formas, colores y vocales. Ya en la etapa de educación infantil se les pregunta qué es un círculo o de qué color es la copa de un árbol y parece que no lo saben.
Otra característica que llama la atención son las rimas. Parece que les cuesta mucho encontrar palabras que rimen: camión, chichón, colchón…
Realmente estas dificultades se deben al déficit fonológico y la dificultad asociada a la evocación de las palabras.
Piensan mucho antes de hablar ya que no saben exactamente cual es la palabra que deben emplear para decir aquello que saben y que quieren decir, pero aquí se cometen errores también, lo cual va mermando sus relaciones y empieza a disminuir su motivación por participar en actividades escolares desde muy temprana edad.
¿Quiere decir esto que los indicadores de alarma vayan a derivar siempre en dislexia?
Claramente no. Lo que sí sabemos es que la intervención en dislexia aun cuando son pequeños y no hay un diagnóstico confirmado sólo va a reportar beneficios al niñ@ y en el caso de que finalmente se confirme, el hecho de haber empezado a trabajar con él o ella tempranamente será un claro indicador de buen pronóstico.
Si mi hij@ ya está en secundaria, ¿es tarde para intervenir?
No, aunque el tratamiento sería distinto. Pondríamos el foco en afianzar los conocimientos adquiridos para facilitar su evocación y en emplear estrategias compensatorias que le ayuden a superar las etapas educativas. A nivel afectivo es igual de importante (o más…) esta intervención.
¿El tratamiento se realiza directamente con él o ella?
Sí, se emplean actividades lúdicas adaptadas al perfil individual, nivel de desarrollo y necesidades específicas. No obstante, esta intervención debe ser multimodal, esto se refiere a que debe haber un trabajo en el que se impliquen también la escuela y la familia.
¿Por qué la escuela?
Los docentes y orientadores deben conocer qué es la dislexia, cómo puede afectar al aprendizaje, estar atentos a la evolución del niño o la niña, ir reforzando positivamente aquello que vaya consiguiendo y si es necesario realizar una adaptación curricular para este alumn@. Toda esta actuación se debe realizar siguiendo el perfil neuropsicológico del alumno o alumna en cuestión, por lo que debe existir una comunicación fluida entre el psicólogo que esté realizando el tratamiento y el centro escolar.
La lectura no sólo afecta a la asignatura de lengua. En todas las asignaturas es necesario leer, incluso en matemáticas para resolver problemas o en cálculo, debido a la dificultad para memorizar las tablas de multiplicar. Esto requiere que la atención escolar hacia la persona con dislexia no se centre en un aspecto concreto del aprendizaje y para ello es imprescindible el trabajo conjunto.
Los padres, por su parte también son una parte muy importante del tratamiento. Necesitan saber y recabar toda la información posible sobre esta particularidad de su hij@. En muchas ocasiones pasar del conocimiento a la aceptación, que no es fácil y, pueden surgir dudas y procesos en los que hay que acompañarles.
La educación comienza en casa y el lenguaje es algo que solemos dar por sentado. No se debe olvidar que la dislexia, además de una dificultad en la lectura conlleva dificultad para memorizar y evocar los contenidos, puede afectar a la motivación, la autoestima y acabar en fracaso escolar y por consiguiente no cumplir con las expectativas familiares.
¿Cómo es la intervención familiar?
Siempre se comenzará por psicoeducación, es muy importante trasladar a la familia el perfil neuropsicológicos individual del niñ@.
Más adelante el acompañamiento emocional se hace indispensable y con el trabajo familiar se consiguen obtener las herramientas necesarias para procurar al hij@ un entorno afectivo seguro donde poder mejorar su capacidad de adaptación y aprendizaje.
Para terminar, me gustaría que te quedaras con la idea de que una persona con dislexia, aun tratándose de un trastorno crónico, puede llegar académicamente hasta donde se proponga. El trabajo incluye herramientas compensatorias efectivas para conseguir superar cada etapa educativa y al nivel afectivo el trabajo multimodal alumn@-familia-escuela puede ser la clave para un correcto desarrollo.
Si tienes alguna duda más sobre la intervención en dislexia no dudes en consultar.
¡Hasta la próxima!
